Los Qliphoth

Los Qlifot o Qlippoth en la Cábala son manifestaciones del mal, el cual se desencadena cuando se produce un desequilibrio. Dion Fortune considera que el qlifot es la otra cara de la sefirá, su aspecto negativo, que se manifiesta cuando hay un exceso o defecto de lo que ésta representa. En Los Ejes del Arbol de la Vida vemos como el equilibrio entre una polaridad representada por dos sefirot opuestas puede romperse por un excesivo “peso” en una de ellas, hasta el punto de que la separación consecuente entre ambas es tal que se manifiesta lo diabólico.  El Zohar atribuye la causa primaria del mal al acto de separación. En este acto  de separación lo que estaba unido se volvió dividido, y los límites entre una cosa y otra pueden ser considerados como un caparazón (el significado literal deQlifot es cáscara). La separación primaria fue la división del Árbol de la Vida en dos pilares: el  Pilar de la Misericordia y el Pilar de la Severidad.  Al comenzar la dualidad en la manifestación se pierde la Unidad original.

Los Qlifot se identifican también con los demonios y lo demoniaco. Un caparazón, un residuo, un cadáver, inspira temor si repentinamente cobra vida, pues no hay vida real en él.


Isaac Luria ve el origen de los Qlifot o “caparazones” en el desequilibrio energético producido en el comienzo de la creación. La Luz del Rayo Relampagueante era tal que solo las tres primeras sefirot pudieron contenerla. Se produjo en el resto de sefirot la llamada shebirá o “ruptura de recipientes”, y las “cáscaras” o “caparazones” de éstas dieron origen a los Qlifot. Luria introduce el concepto de Tikún תּקּוּךּ, literalmente reparación, en la que será el hombre quien coopere para reconstruir la Unidad perdida, otra de cuyas consecuencias es el exilio de la Shekináh, la Presencia Divina, vista como el aspecto femenino de Dios y llamada por ello la “Divina Princesa”. Luria considera que cada ser humano tiene como misión sagrada esta restauración del equilibrio cósmico, entronizando a la Divina Princesa en su puesto, lo que en el hinduismo se expresa en la unión de Shiva y Shakti.